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El académico del Centro Líderes Educativos de la Pontificia Universidad Católica de Valparaíso (PUCV), Felipe Aravena, participó en el libro ¿Qué sabemos del liderazgo educativo en Chile hoy?, editado por José Weinstein y Gonzalo Muñoz, con el artículo “Jefes de UTP: una pieza clave del liderazgo pedagógico en Chile”. El texto recoge los resultados de una investigación sobre el rol que desempeñan las Unidades Técnicas Pedagógicas (UTP) en los establecimientos educacionales del país.
En conversación con él, Aravena reflexionó sobre los principales desafíos del cargo, así como sobre la necesidad de fortalecer la política pública y la formación profesional de quienes lo ejercen. El tema también fue abordado en el webinar “Jefes de Unidad Técnica Pedagógica (UTP) en Chile: ¿en qué están y hacia dónde van?”, organizado por el Centro Líderes Educativos.
A partir de su investigación, Aravena identificó dos desafíos principales que enfrentan los jefes de UTP. El primero tiene relación con cómo asegurar la calidad de los procesos de enseñanza y aprendizaje en un contexto de alta incidencia de licencias médicas docentes, situación que muchas veces obliga a estos encargados a reorganizar equipos y estrategias para mantener la continuidad pedagógica.
“Muchas veces son los UTP quienes deben pensar distintas estrategias a nivel de escuela, comuna o SLEP para garantizar la calidad de la enseñanza”, explicó el académico.
El segundo desafío, añadió, se vincula con mantener el entusiasmo por el aprendizaje, tanto en los docentes como en los estudiantes. “Ser profesor hoy es muy desafiante, y uno de los grandes retos es cómo mantener viva la llama de aprender y seguir mejorando las prácticas pedagógicas”, señaló. En esa línea, advirtió que también resulta clave lograr que los estudiantes sientan motivación por asistir al colegio porque encuentran en él un espacio de aprendizaje significativo.
Según Aravena, estas tensiones ya no son coyunturales, sino parte del día a día en las comunidades educativas. “Debemos pensar en estrategias sostenibles, porque estos desafíos llegaron para quedarse”, sostuvo.
El académico también apuntó a la falta de un proceso formal y transparente de selección para el cargo de UTP, lo que genera diferencias respecto de otros liderazgos escolares. A esto se suma la ausencia de un estándar específico que oriente su labor: “Lo que falta en la política pública es un documento o instrumento que establezca con claridad cuáles son las prácticas esperadas desde la UTP”, enfatizó.
Para Aravena, el liderazgo pedagógico no puede recaer en una sola persona. “Mover pedagógicamente una organización es muy difícil, y más todavía pensar que una sola persona en el rol de UTP lo puede hacer”, afirmó.
A su juicio, la clave está en identificar y fortalecer líderes intermedios dentro de los equipos docentes, de modo que el liderazgo pedagógico se ejerza de manera compartida. “Esto reduce el estrés y la sensación de carga total que muchas veces experimentan los encargados de UTP”, explicó.
El académico también destacó que en Chile no existe una formación especializada ni una malla curricular diseñada para el rol de UTP, lo que representa una brecha importante. “Es paradójico, porque en nuestro sistema escolar existe una estructura bicéfala de liderazgo: director y UTP, y muchas veces el UTP tiene más influencia pedagógica que el propio director”, señaló.
Pese a ello, Aravena valoró los avances que ha tenido el Ministerio de Educación en esta materia. “Desde 2017 el Programa de Inducción a Directores Noveles se imparte en el sistema público, y este año se amplió a los UTP noveles, lo que demuestra que el Ministerio ha reconocido la relevancia de este rol en el liderazgo pedagógico del país”, concluyó.