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Por: Rosario Rivero, Teresa Yañez, M. Angeles Morandé

Luis, profesor de básica con muchos años de experiencia se acogió a la Carrera docente el año 2017 y ha visto aumentar sus remuneraciones de forma importante. Marcela y Juana, jefa técnico pedagógica y directora de la misma escuela, no participan de la Carrera docente ya que tienen cargos directivos, por lo que no han visto mejoras significativas en sus condiciones de trabajo y  sueldos en los últimos años. Si bien la escuela ha mostrado tener excelente desempeño, Marcela y Juana no tienen muchos incentivos en continuar con sus empleos, porque por un lado tienen un trabajo muy complejo con grandes responsabilidades hacia los profesores y, por otra parte, tienen un sueldo similar a Luis y otros docentes de la escuela.

Lejos de ser una anécdota, esta historia refleja la realidad de escuelas municipales en Chile: en un mismo establecimiento, docentes y directivos tienen salarios similares o incluso inferiores, cuando estos últimos tienen cargos de mayor responsabilidad y dificultad. La implementación de una carrera docente sin la creación de una carrera directiva ha generado que los directivos queden en una posición de relativa desventaja en comparación con los cargos docentes, tanto en temas de remuneraciones como de roles y funciones, evaluación y formación, entre otros. Así Juana y Marcela van disminuyendo su satisfacción laboral.

¿Cuál es entonces la mejor forma de incentivar a los directivos escolares en mantenerse en sus cargos y dar el máximo de su potencial? La creación de una Carrera Directiva. Es sabido: los directivos son un factor clave para mejorar la calidad de la educación. Sin embargo, los directivos escolares no cuentan aún con una carrera profesional que, mas allá de un aumento en los salarios, permita atraer y desarrollar adecuadamente sus capacidades.

En los últimos años se ha discutido la importancia de contar con un sistema de desarrollo profesional para directivos escolares, que fortalezca un liderazgo efectivo de los equipos directivos. Y si bien, a fines del año 2017 el Ministerio de Educación generó un reporte de política con reflexiones y orientaciones para su diseño, esta iniciativa aún no se ha concretado.

La necesidad de una carrera directiva es una propuesta ampliamente apoyada por los directores escolares. Así lo demuestran los resultados de la Encuesta Nacional La Voz de los Directores 2018, del Centro de Desarrollo de Liderazgo Educativo (CEDLE), según la cual, el 88% de los directores del país está de acuerdo con que exista una carrera directiva, obligatoria para todos los establecimientos que reciben subvención del Estado, e incluso, poco más de la mitad cree que debiera incluir también a los directores de establecimientos particulares pagados.

La nueva carrera directiva, según la opinión de los propios directores, debiera avanzar en la definición de los otros cargos directivos, incluyendo a los jefes técnico pedagógicos y a los inspectores generales, así como también a la figura del subdirector en caso de existir. A su vez, debiera establecer distinciones en la trayectoria de los directores, en distintos tramos, donde el paso de una etapa a la siguiente debe estar regulado, basado en los años de experiencia como también en el dominio de contenido y competencias para el desempeño exitoso de sus funciones, estando altamente de acuerdo con la evaluación para los distintos tramos y cargos. Así también los directores declaran la necesidad de reordenar la situación actual en relación a quienes pueden entrar en la carrera, acompañar el proceso de entrada y acceso a los cargos, afirmando que solo deberían postular a director aquellos docentes que están en la categoría avanzada de la carrera docente, afirmando que los concursos para acceder a cargos de la carrera directiva deberían ser abiertos y públicos, y por ultimo, especificando que la carrera directiva debiese considerar un proceso de inducción durante el primer año en un nuevo establecimiento.

Los resultados de la encuesta La Voz de los Directores 2018 nos hablan de un alto nivel de expectativas de los directores en relación a una potencial carrera profesional, mostrándose interesados en contar con un sistema de desarrollo profesional exigente y transparente, que evalúe y priorice las capacidades, que atraiga a los mejores y permita mejorar su contexto de trabajo para responder de la mejor manera a la importante responsabilidad de ser los líderes escolares del país.

Para tener a los mejores directivos escolares, ¡Ya es hora que sea el turno de los directores! El país necesita contar con una carrera atractiva, exigente y que entregue oportunidad de desarrollo profesional. Solo con un avance importante en esta línea, directivos como Marcela y Juana seguirán ejerciendo un liderazgo efectivo en los establecimientos escolares.