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El rol de lideres escolares y la comunidad escolar es clave para la implementación exitosa de las reformas educacionales. Además del conocimiento de la política educativa, para una adecuada implementación de esta deben converger también las capacidades de los lideres escolares y sus establecimientos para poder ejecutar dicha política de manera efectiva en los establecimientos. Para recoger esta dimensión la encuesta “La Voz de los Directores 2018” y la “Voz de los Sostenedores 2018” indagó en cuán preparados están los establecimientos para implementar aspectos claves de las principales reformas implementadas en los últimos años, como lo son la Ley de Inclusión y la Ley de Carrera Docente, a partir de la percepción de sus propios directores y sostenedores.

Entre los ámbitos en que los directores reconocen que el establecimiento tiene mayor preparación son la gestión de recursos adicionales de la SEP, donde el 72% de los directores y el 80% de los sostenedores reporta una buena y alta preparación, y más lejos se encuentra la capacidad para mantener alumnos de bajo rendimiento en el establecimiento (58% de los directores y el 75% de los sostenedores). Mientras que los principales desafíos de implementación aluden a la preparación del establecimiento para mantener a alumnos con problemas de disciplina y para enseñar en contextos de mayor diversidad de aprendizajes, aspectos que solo obtienen un 44% y un 49% de percepción de preparación alta por parte de los directores y un 60% y 78% por parte de los sostenedores.

Respecto al grado de preparación de los establecimientos para implementar aspectos centrales de la Ley de Carrera Docente, la encuesta permite constatar que el área en la cual se cuenta con más capacidades alude al uso de nuevas horas no lectivas y el resguardo de su uso efectivo (71% de directores manifiesta buena o alta preparación en este ámbito y 76% de los sostenedores). Menos preparación se reporta en el diseño e implementación de los planes de desarrollo profesional docente, en la capacidad de atraer y contratar nuevos docentes y en la posibilidad de implementar la inducción para docentes nuevos (ámbitos en los que hay entre 55% y 56% de directores que manifiestan buena o alta preparación y entre un 64% y un 70% para lo sostenedores).

Estos resultados evidencian que, en materia de reformas educacionales se vislumbra la necesidad de reforzar la preparación de los establecimientos educacionales y de sus líderes educativos para implementar aspectos centrales de las leyes de Inclusión y de Carrera Docente, pues el éxito que puedan tener estas reformas en la calidad y equidad de la educación depende en gran medida de su correcta aplicación en el campo educacional. Las nuevas atribuciones que mandata la Ley de Inclusión respecto mantener alumnos con problemas de disciplina o enseñar en contextos de mayor diversidad de aprendizajes, son desafíos mayores desde la perspectiva de los directores, aun cuando los sostenedores prevén estas tareas como elementos más abordables para sus establecimientos, los datos de la encuesta demuestran que los directores no perciben que sus establecimientos se encuentren bien preparados para implementar estos aspectos de la normativa. En el caso de la Ley de Carrera Docente, el reto mayor para los directores tiene que ver con las nuevas exigencias en relación a la gestión del personal docente, específicamente: atraer, contratar, e implementar inducciones para docentes nuevos; y diseñar e implementar planes de desarrollo profesional para docentes- aspectos en que los directores declaran que el establecimiento tiene una baja preparación, mientras que los sostenedores perciben a sus establecimientos más preparados que los directores en estos aspectos.

En suma, para mejorar la implementación y desarrollo de las reformas en los establecimientos, es clave reforzar y dirigir el apoyo y asesoría a los líderes educacionales y sus equipos directivos, especialmente en las materias en que se evidencian más debilidades para abordar las exigencias de las leyes, pues los cambios dispuestos solo serán sostenibles si los establecimientos cuentan con equipos sólidos y empoderados para liderar estas transformaciones en sus comunidades educativas.