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El artículo 28 de la ley N° 20.370 educación parvularia en Chile define que la educación parvularia debiese fomentar el desarrollo integral de los niños y las niñas a partir de la promoción de aprendizajes, conocimientos, habilidades y actitudes[1]. Actualmente, y con la intención de relevar esta necesidad se han gestado, desde la política pública, una serie de acciones encaminadas a potenciar la calidad educativa brindada en los jardines infantiles que verdaderamente impacte en el desarrollo de los niños y niñas. Las nuevas bases curriculares, el trabajo que actualmente se realiza en relación al marco para la buena enseñanza de la educación parvularia, son un buen ejemplo de acciones que, recientemente, han movilizado un sinnúmero de actores pedagógicos y establecimientos educativos en los que se imparte –a lo largo del país– educación en este nivel inicial.

Es evidente que el foco de estas acciones está en la calidad de los procesos, una de las dimensiones comúnmente usada para medir la calidad de jardines infantiles[2]. Justamente porque considera elementos que tienen un impacto directo en el desarrollo y aprendizaje del niño(a), tanto como en las experiencias de aprendizajes en las que ellos (as) participarían. Para Kagan (2010, citada en López-Boo et al, 2016) el liderazgo de quien coordina el centro, tanto como los aspectos relacionados con la gestión, serían también elementos a considerar cuando hablamos de calidad en el jardín de infantes.

En Chile y Latinoamérica, investigar sobre liderazgo es un campo de estudio aun incipiente a nivel de la educación parvularia, pese a que estudios han reportado que el liderazgo y gestión de los directivos es relevante para evaluar la calidad de los sistemas de educación también en este nivel educativo[3]. El estudio sobre Calidad Educativa en Educación Parvularia muestra el consenso que existe a nivel internacional sobre el equilibrio que debiese existir entre la gestión y el liderazgo pedagógico, como aspecto relevante para la mejora de la calidad educativa. En nuestro país, en instituciones como Integra y JUNJI, al parecer la balanza se inclina más hacia la gestión administrativa y muy débilmente hacia el liderazgo[4]. Un estudio realizado desde la Agencia de Calidad[5] muestra como el liderazgo efectivo, tanto como los aspectos pedagógicos y las interacciones entre adultos, son considerados en menor medida como indicadores de calidad de procesos entre diferentes actores pertenecientes a la comunidad de la educación parvularia.  Llama la atención estos resultados en este nivel, teniendo en cuenta que la literatura nacional e internacional coinciden en sustentar que, en la educación básica y media el «efecto-director» se ha convertido en el segundo factor que explica la mejora de los aprendizajes de los estudiantes, luego de las buenas prácticas docentes[6],[7].

Las demandas actuales en la educación parvularia, por tanto, estarían centradas en caracterizar el liderazgo que se produce al interior de los jardines infantiles teniendo presente aquellas condiciones propias de este nivel. Por ejemplo, que quienes lideran y enseñan en los jardines infantiles es, mayoritariamente, una función pedagógica ejercida por mujeres o bien, que, al atender la educación, la salud y el cuidado de niños de 0 a 6 años es probable que emerja un estilo de liderazgo, propio de los jardines de infantes. Por otro lado, también se hace necesario comprender cómo el liderazgo que se produce al interior de los jardines, incide en los procesos de enseñanza y de aprendizaje de los niños y niñas.

 

Un punto de partida útil, es el de poder reconocer aquellas creencias en torno a cómo se desarrollan los procesos de enseñanza-aprendizaje y que, se movilizan desde quien ejerce funciones de liderazgo al interior del jardín. Estas decisiones, por tanto, pueden tomarse a nivel directivo o bien a nivel de sala de clases, conectándose con las concepciones que se tengan a la base de lo que significa aprender y enseñar. Saber qué enseñar y qué aprendizajes potenciar, cómo enseñar y por qué enseñar lo que se pretende los niños aprendan, es la base fundamental para impactar positivamente la calidad de los procesos de la educación infantil.

Bajo este panorama, estamos llevando a cabo un estudio que pretende caracterizar cómo las formas de concebir el aprendizaje y la enseñanza permea la toma de decisiones e implementación de acciones desde el rol de liderazgo en jardines infantiles. Reconociendo la relevancia del «efecto-director», en este proyecto la unidad de análisis, incluye al director, las interacciones que se producen entre directivos, educadoras de párvulos y técnicas, las rutinas institucionales que se despliegan, así como las herramientas que apoyan la labor educativa. La sinergia que se produce entre estos elementos, consideramos nos permiten hacer visible las significaciones sobre la enseñanza y el aprendizaje que la dirección moviliza y que se reconstruyen al interior del equipo del jardín, así como éstas se configuran de tal manera que podamos aportar en la construcción de marcos específicos para el liderazgo pedagógico en educación parvularia.

 

[1] Disponible en http://bcn.cl/1uxh9
[2] López-Boo, F., Araujo, M.C. & Tomé, R. (2016). ¿Cómo se mide la calidad de los servicios de cuidado infantil? Guía de herramientas. BID, Washington, DC.
[3] Britto, P. R., Yoshikawa, H., & Boller, K. (2011). Quality of early childhood development programs in global contexts: Rationale for investment, conceptual framework and implications for equity. Social Policy Report. Vol. 25, No. 2.
[4] Centro de Políticas Comparadas de Educación CPCE (2015). Estudio Calidad Educativa en Educación Parvularia: Experiencias Internacionales y Representaciones sociales Nacionales. Santiago de Chile.  Recuperado de:
http://archivos. agenciaeducacion.cl/Informe_Estudio_Calidad_Educacion_Parvularia_2015.pdf
[5] Agencia Calidad de la Educación (2015). Representaciones Sociales Sobre la calidad y los Sistemas de Evaluación de la Calidad en Educación Parvularia.
[6] Bolívar, A. (2010). El liderazgo educativo y su papel en la mejora: Una revisión actual de sus posibilidades y limitaciones. Psicoperspectivas, 9 (2), 9-33. Recuperado de http://www.psicoperspectivas.cl
[7] Weinstein, J. & Hernández Vejar, M. (2014). Políticas hacia el liderazgo directivo escolar en Chile: Una mirada comparada con otros sistemas escolares de América Latina. Psicoperspectivas, 13(3), 52-68. Recuperado de http://www.psicoperspectivas.cl