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Desde el año 2015, el Ministerio de Educación ha impulsado la generación de Redes de Mejoramiento Escolar (RME), las cuales constituyen una nueva mirada del acompañamiento  y un nuevo enfoque para la relación del apoyo a la escuela.

Estas Redes, conformadas por duplas directivas, que incluyen al Director(a) y Jefe(a) de UTP, bajo la coordinación de la supervisión ministerial, y con la participación del sostenedor, son consideradas  claves en el marco de la Nueva Educación Pública y en el cambio de paradigma del trabajo entre establecimientos educacionales, que tiene como propósito avanzar hacia una cultura de colaboración, que reemplace la cultura de competencia y que permita la conformación de comunidades de aprendizaje tanto al interior de las escuelas y liceos como entre los distintos establecimientos y actores del sistema.

Es en este marco, que CEDLE en conjunto con LÍDERES EDUCATIVOS han asumido el desafío de monitorear el funcionamiento de estas redes, a través de la aplicación de una encuesta online- dirigida a Directores/as y jefes/as de UTP que participan en las redes- sobre tópicos centrales sobre redes: capital social y organización de la red.

Con la finalidad de conocer qué tan conscientes están los/as directivos que participan en las redes de los activos que circulan en ésta, de ahondar en la dimensión relacional del capital social, es decir, en los valores y expectativas compartidas por ellos/as y de conocer si el trabajo de las redes ha repercutido en la gestión de las escuelas, es que se les preguntó, por los factores que facilitan y que dificultan el trabajo en red.

Desde la perspectiva de los/as directivos, el principal factor que facilita el trabajo en red es que éstas sean consideradas como un espacio de diálogo en el que se pueden compartir experiencias o problemas, junto con analizar estrategias para su abordaje en el ámbito educativo. Es decir, un espacio que permite encontrarse con otros/as directivos y aunar criterios y herramientas que les permitan una mejor gestión de la escuela, en el amplio sentido de la palabra.

En un nivel menos central, los/as directivos señalaron que un segundo grupo de factores se asocian con lo que llamamos; 1) La dimensión relacional del capital social, 2) La organización de la red y 3) El enfoque de lo común. Estos tres factores son comunes de encontrar en la literatura sobre análisis de redes y se relacionan con las características de los participantes de la red y las relaciones que establecen entre ellos, como por ejemplo, su compromiso, confianza y/o empatía, las decisiones y metodología que permiten que la red funcione, la forma en que se organizan para darle forma y la idea que hay algo común que los une.

Luego de este segundo grupo de factores se detecta el factor más relacionado con la gestión de la escuela y que se asocia al  enfoque en el mejoramiento escolar. Bajo este factor se consideran tanto los aspectos pedagógicos, instruccionales como también las dimensiones más institucionales y administrativas.

Lo anterior nos señala que la red es percibida por sus actores como un espacio donde se  intercambian  experiencias, se enriquece la dimensión relacional del capital social y que  tendría además un efecto positivo en la escuela y su gestión.

Sin embargo, los actores de la red también plantean desafíos, y ellos surgen cuando se abre el espacio para que cuenten qué aspectos consideran que dificultan el trabajo en red.

A partir de esta interrogante emerge una gran categoría que hemos denominado “Cumplir con la red». Cuando nos referimos a cumplir con la red, lo hacemos en referencia a la idea los/as directivos perciben que la red representa una de las tantas obligaciones que se les impone a su rol. Esta categoría considera sub-categorías como la falta de tiempo para asistir, el sentimiento de agobio respecto a las responsabilidades del cargo, las dificultades asociadas a los horarios de las reuniones de la red, el exceso de compromisos previos, entre otros. Desde las percepciones de los y las directivos la reunión de la red estaría siendo vista  como una responsabilidad más que compite entre sus múltiples quehaceres, más que como un espacio que facilite  el manejo del agobio o represente una oportunidad de enriquecer su gestión.

Esta situación enciende alarmas de cara a la política pública y de manera específica al Ministerio de Educación, quienes han impulsado esta estrategia de mejoramiento. Esto porque de acuerdo a lo señalado por los/as directivos, las Redes de Mejoramiento Escolar están generando un espacio privilegiado para compartir experiencias, conocerse y generar estrategias de acción que están impactando de alguna u otra medida en su gestión en la escuela. Es decir, se destacan que tendrían un alto potencial. Sin embargo, este potencial puede ser desaprovechado en la medida que asistir a la reunión de redes sea concebido como una responsabilidad que agobia más que una oportunidad que facilita. Es en este sentido, aparecen preguntas en torno a la gobernanza de las redes que deben ser resueltas en el corto-mediano plazo para que la estrategia de red favorezca  la gestión de los/as directivos en la escuela.