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– Columna escrita por Carolina Cuéllar y MaríaPaz González

Una de las principales preocupaciones que comparten los directivos escolares, en su rol de líderes pedagógicos, radica en cómo mejorar la calidad de la docencia que se desarrolla en sus unidades educativas, con miras a alcanzar más y mejores aprendizajes en sus estudiantes.

Observamos que, en el sistema escolar chileno -como en tantos otros- la información y referencias para transformar las prácticas docentes, provienen en gran medida de un conjunto de datos producidos en el marco de estándares y evaluaciones externas, tales
como el SIMCE, el Sistema de Evaluación Docente, entre otros. Creemos que, si bien este tipo de evidencia arroja importantes luces que permiten nutrir y orientar tanto el debate como las políticas educativas nacionales, es a la vez insuficiente, y en ocasiones un obstáculo para cumplir con el propósito de mejoramiento de la enseñanza. Esto último, cuando a partir de las perspectivas externas se simplifica en exceso la labor pedagógica, se genera frustración y se desvía la atención de lo central: la reflexión profunda sobre los procesos de enseñanza y aprendizaje.

Cuestionamos el poder del conocimiento externo, con la convicción de que la reflexión interna es el factor que marca la diferencia a la hora de elevar la calidad de la docencia. En este sentido, compartimos que “lo que distingue a los buenos profesores de los destacados es cómo diseñan, critican y revisan su docencia para optimizar el aprendizaje de los estudiantes” (Costa et al., 2014). En la reflexión permanente en torno a los efectos de su práctica sobre el aprendizaje, los docentes alcanzan mayor control sobre sus decisiones, toman consciencia de la incidencia de su labor y ajustan su acción pedagógica, entre otras.

En este escenario, visualizamos que las escuelas, y en particular sus líderes, tienen el gran desafío de desarrollar la capacidad del profesorado para autodirigir la mejora de su enseñanza. Para ello, postulamos que los líderes escolares requieren tomar acción, al
menos, en tres frentes. El primero, impulsar y consolidar una mentalidad de crecimiento en los docentes, cuya característica principal es “la pasión por los retos, la búsqueda de la autosuperación e incluso (y especialmente) cuando las cosas no van bien” (Dweck, 2006), asumiendo que el desempeño docente no es inamovible, sino, por el contrario, posee un carácter dinámico.

El segundo, generar condiciones para la exploración y reflexión, individual y colaborativa -antes, durante y después de la práctica pedagógica- asegurando una discusión rigurosa y sistemática sobre la enseñanza y el aprendizaje, que refuerce la sabiduría interna. El tercero, estimular y fortalecer una postura indagativa en los docentes que propicie el análisis crítico del conocimiento externo y la articulación de sus complejidades con el saber interno, creando sinergia entre ambos con el bien superior de los estudiantes como norte. Estos esfuerzos del liderazgo, al igual que muchos otros contribuirían a crear un entorno educativo que desafíe intelectualmente a la comunidad docente y potencie su autonomía en la mejora de sus prácticas.

En línea con los desafíos planteados, el CEDLE en alianza con el Principal Leadership Institute de la Universidad de California Berkeley, se encuentra desarrollando el proyecto “Mentoría pedagógica para la transformación de las prácticas docentes”, cuyo foco es desarrollar capacidades en los directivos escolares y docentes líderes para acompañar al profesorado en la auto-modificación de su quehacer. La mentoría pedagógica ha sido identificada como una de las herramientas de acompañamiento docente más efectivas y valoradas para conducir al profesorado hacia una reflexión e indagación profunda sobre su práctica.
Se sustenta en una alianza profesional que estimula el diálogo crítico sobre la enseñanza y el aprendizaje, en un espacio de colaboración y confianza. Durante el 2018, este proyecto contempla la transferencia del enfoque de mentoría pedagógica a escuelas básicas municipales de la región metropolitana, en modalidad de curso piloto.