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La educación pública en el mundo se organiza de distinta forma dependiendo del nivel de centralización o descentralización de su gestión y autonomía. Países como Francia, Italia, Portugal, son ejemplos de sistemas centralizados y otros como Alemania, Reino Unido, Canadá cuentan con sistemas locales descentralizados y con amplia autonomía del nivel central. También existen sistemas que presentan un balance entre lo “central y lo local”, ahí se encuentran sistemas como Corea, Finlandia y también Chile (OCDE,2015).

La actual reforma que crea los Servicios Locales de Educación Pública (SLEP), que en la práctica cede la gestión de los centros educativos de los municipios al ámbito de dirección pública, no implica necesariamente una administración centralizada en el sentido clásico. Los SLEP cuentan con un nivel de autonomía que la ley define y que se está en una primera etapa de implementación y aprendizaje. Los SLEP se ubican en el sistema en el nivel intermedio (meso) con un nivel central (MINEDUC) y un nivel de base (micro) conformado por jardines infantiles, escuelas y liceos.

Los SLEP responden también a una evolución de los niveles intermedios, que ahí donde existen tienen distintos alcances y roles. Algunos tienen un rol sólo de agente habilitante de aspectos administrativos, infraestructura y equipamiento, tecnología y transporte (Leithwood y McCullough, 2017). Hay otros que a lo administrativo suman un potente dispositivo profesional y de procesos asociado al apoyo técnico pedagógicos y de bienestar a las comunidades escolares (Honig y Rainey, 2023; Asim et al., 2023) y por lo tanto también tienen una responsabilidad directa en la calidad de los ambientes de enseñanza de tal forma de promover políticas de equidad que permitan que los niños, niñas y jóvenes tengan las más diversas oportunidades de aprendizaje independiente de su condición.

Ha sido interesante constatar además que existen niveles intermedios en los sistemas educativos que han ido más allá de generar condiciones de infraestructura y apoyo pedagógico a los centros educativos y también se proyectan como agentes locales activos en un territorio. Es decir, no son un sistema cerrado, sino una organización, que desarrolla e implementa una gobernanza en redes que se inserta en la comunidad y genera instancias de participación más allá de las tradicionales como los consejos escolares, generando redes con distintas organizaciones de la comunidad local estableciendo alianzas socioeducativas permanentes en función de los objetivos educativos locales (Collet, et al., 2016, Rincón- Gallardo, 2018, UNESCO, 2024).

Chile, a partir de la definición de un nuevo sistema de educación pública (Ley 21.040, 2017), definió un diseño de nivel intermedio que cubre los tres aspectos descritos, como habilitador de condiciones de gestión de recursos administrativa-infraestructura-equipamiento, apoyo técnico pedagógico y gobernanza local. Es decir, un nivel intermedio de gran ambición en sus características y atributos. Un desafío complejo que requiere de gran capacidad organizacional, profesional y por sobre todo de voluntad de muchos para apoyar este cambio estructural.

¿Vale la pena un esfuerzo como este? Si bien es un campo de estudio de reciente desarrollo, la evidencia internacional nos indica que sí, cada vez hay más ejemplos de sistemas que demuestran que el nivel intermedio y el liderazgo de sus directivos a nivel local son clave para impulsar y sostener la mejora de la educación en todo el sistema, alineando las políticas educativas con los procesos y prácticas de gestión pedagógica a nivel local (Childress et al., 2020; Tournier et al., 2023; UNESCO, 2024). En este mismo sentido los niveles intermedios han evolucionado en sus roles, de transmisores de orientaciones centrales, a una de mediador, articulador e implementador de políticas educativas, tomando decisiones sobre asignación y gestión de recursos, apoyo a los liderazgos de los centros educativos, desarrollo de prácticas docentes y un apoyo especial a las estrategias de mejora de los establecimientos educativos bajo su responsabilidad (Hargreaves & Shirley, 2020; Aziz, 2024; Tintoré, 2024).

El equipo que lidera los niveles intermedios del sistema escolar, no siempre ha sido objeto de las políticas de formaciones especializadas en liderazgo en ese nivel (Anderson, 2018). De hecho, no existe una ruta de formación que profesionalice el rol de estos equipos, con una muy escasa o nula oferta especializada para el desarrollo de capacidades en el nivel intermedio. Por lo tanto, resulta altamente necesario para un proceso de cambio y reforma de gran escala como la de los traspasos de los sostenedores municipales a los SLEP, contar con este tipo de programas formativos (Uribe, Galdames y, Obregón, 2022).

Sabemos que la instalación ha tenido dificultades, aun con todo, los SLEP de más larga data están demostrando prácticas muy importantes en el ámbito pedagógico y algunos de sus resultados han sido destacados en los estudios recientes (Agencia Calidad de la Educación, 2024; Consejo de Evaluación, 2025).

Resulta por lo anterior, particularmente significativo el diseño y desarrollo del “Programa Avanzado de Liderazgo Educativo (PALE)” para equipos que se preparan para liderar futuros SLEP. El programa recoge los aprendizajes de las experiencias ganadas en las instalaciones de los SLEP que los han precedido y tiene como objetivo mejorar la eficacia colectiva y lograr un relato y prácticas de liderazgo de nivel intermedio coherentes y pertinentes a los fines de la educación pública en lugares de evidente diversidad en todo el territorio nacional.

Un programa como este ha sido posible gracias a la alianza de la Dirección de Educación Pública (DEP), Fundación Angelini, Fundación Educación Arauco y el Programa de Liderazgo Educativo de la UDP, dando cuenta no sólo que es posible unificar y generar alianzas entre distintas instituciones ante un fin específico, sino que fundamentalmente que la Educación Pública no es sólo una responsabilidad del Estado, sino que cuando se comprende como una tarea nacional, todos los actores, públicos y privados, son necesarios.