menú

Acaba de ser lanzado por la editorial Santillana el libro “¿Qué sabemos sobre el liderazgo educativo en Chile hoy?”, que editamos con mi colega Gonzalo Muñoz. Nuestra intención fue contar una mirada comprensiva y panorámica sobre el liderazgo educativo en Chile, reuniendo la principal evidencia surgida en la última década desde la investigación académica sobre la temática. A continuación, sintetizo algunas de las conclusiones emergentes.  

El libro permite retratar el perfil de los directores de establecimientos educativos, mostrando sus actuales características, pero también los cambios que han existido en la última década. Puede apreciarse que la edad promedio, casi 54 años, se ha mantenido, pero que han ingresado directores más jóvenes en el sector público. Actualmente existe una mayoritaria presencia de mujeres en la posición directiva, la que pasó de 52.3% el año 2015 al 58.2% en el año 2023. Se constata que la retención de directores en escuelas básicas entre los años 2015 y 2022 es del 58%, y que en el 32% restante manifiesta diferentes trayectorias, siendo preocupante aquella de salida del sistema escolar (17%). 

El texto releva las prácticas de liderazgo predominantes entre los directores, siendo las más descendidas las vinculadas al liderazgo pedagógico -que son las que, como indica la literatura, mayor efecto tienen en la mejora del aprendizaje de los estudiantes. A pesar de las políticas y normativa a favor de un mayor liderazgo pedagógica de los directores, desarrolladas desde el año 2004 en adelante, las prácticas han permanecido estables e incluso algunas han descendido. Los directores, especialmente en los establecimientos públicos, deben lidiar cotidianamente con contingencias provenientes de las familias, los estudiantes, los docentes y la propia administración, que les impiden desarrollar las actividades planificadas.

El libro muestra como el ejercicio del liderazgo por los directivos varía según los tipos de establecimientos escolares. Antes se contaba principalmente con información de las escuelas básicas urbanas, con esta compilación se adiciona importante conocimiento en torno a las escuelas rurales multigrado -que poseen solo uno, dos o tres docentes-, y sobre los jardines infantiles, ambas organizaciones en que sus directivos destinan buena parte de su jornada al trabajo pedagógico en aula. Nuevos estudios posibilitan entender mejor la dirección de los liceos técnico-profesionales y polivalentes, en los que sus directivos deben liderar también la formación de sus estudiantes para el mundo del trabajo y armonizarla con la formación general.

La obra entrega antecedentes nuevos sobre cómo el liderazgo de los directivos se está viendo desafiado por la mayor inclusión en los establecimientos escolares, la que se expresa en una mayor diversificación de su matrícula. Se han combinado dos fuentes de distinto carácter. Por una parte, las propias políticas educativas han promovido la integración de estudiantes con necesidades educativas especiales en la enseñanza regular, lo que ha ido de la mano con la llegada de profesionales especializados a escuelas y liceos, que han debido, de manera inédita, trabajar coordinadamente con los docentes de aula. Por otra parte, han existido fenómenos sociales relevantes, como la masiva inmigración latinoamericana, principalmente venezolana, debiéndose integrar la particular cultura de los estudiantes y sus familias en el quehacer educativo de los establecimientos.   

El texto analiza las políticas educativas dirigidas al fortalecimiento del liderazgo directivo, las que se encuentran en una situación de avances parciales y no siempre articulados entre sí. Una nueva normativa ha buscado que los directores prioricen lo educativo por sobre lo administrativo, liderando los proyectos pedagógicos de sus establecimientos. Sin embargo, ello ha ido acompañado de una frondosa normativa que hace que los directores deban cumplir (y hacer cumplir) más de 270 normas.  Se destaca la instalación de un sistema profesionalizado de selección de directores en el sector público, que ha disminuido la discrecionalidad en los nombramientos.  Desde el año 2011, el esfuerzo país por la formación de los directivos ha implicado contar ininterrumpidamente con masivos programas formativos, los que, empero, no siempre cuentan con la calidad, oportunidad y pertinencia requerida. En materia de políticas, es claro que la ausencia de un sistema de desarrollo profesional directivo (o carrera directiva) es una carencia grave que afecta las posibilidades de atraer, desarrollar, y retener a los mejores directores para el sistema escolar nacional.  

En definitiva, los artículos de los cuarenta y seis autores, pertenecientes a once universidades y al ministerio de educación, han posibilitado reunir el conocimiento actualmente existente sobre la temática. Es de esperar que esta obra colectiva sirva para potenciar el liderazgo educativo y  cualificar las políticas que pretenden fomentarlo, porque, como sabemos, se trata de un  recurso imprescindible para mejorar nuestra educación.