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Es creciente en nuestro país el interés por investigar el tema del liderazgo educativo y especialmente su relación o su “efecto” sobre los aprendizajes de los estudiantes. Hace pocos días, la Agencia de la Calidad informaba los resultados de la evaluación SIMCE aplicada a fines del año pasado y nos proponía algunas novedades acerca de las relaciones entre liderazgo y mejora de la escuela que resultan de mucho interés.

Una aclaración inicial, necesaria todavía. Cuando hablamos de liderazgo no estamos haciendo referencia al carisma del conductor de una organización, sino a las prácticas necesarias para “liderar y gestionar una institución escolar de manera efectiva, considerando su adaptación de los contextos de cada establecimiento educacional

Esta vez la Agencia informó de “Resultados educativos 2015” y no solamente de resultados de aprendizaje. La distinción no es menor; se está abordando el concepto de calidad de la educación de una manera más compleja; ya no se trata solo de resultados en las pruebas estandarizadas en algunos grados del sistema escolar. Comienza a desplegarse el concepto de calidad establecido en la ley que creó el Sistema Nacional de Aseguramiento de la Calidad de la Educación Parvularia, Básica y Media. Junto a las evaluaciones de aprendizaje de los estudiantes, se informa de los resultados de los “Otros indicadores de calidad de la educación”, que la Agencia comienza a llamar Indicadores de desarrollo personal y social. No da todavía para denominar la entrega de resultados como “Informe de Calidad Integral”, pero sin duda avanza en esa dirección.

Luego de dar a conocer los resultados, la Agencia agrega una sección a la que denomina “Factores asociados a los resultados educativos”. Se trata de un buen esfuerzo por responder a nuestra pregunta inicial. ¿Qué factores de la calidad dependen de lo que puede hacer la escuela? ¿Cuáles de ellos afectan más al logro de aprendizaje de todos los estudiantes? ¿Qué rol tienen en ello directores, docentes, familias? Se trata de preguntas centrales, que la investigación educativa viene tratando de responder desde mediados de los años 60, en EEUU y los países anglosajones primero y en nuestro país desde mediados de los años 80

Se mantiene el peso que tiene el grupo socioeconómico al que pertenecen los estudiantes como un factor que explica buena parte de los resultados. Se constata que las brechas entre los grupos ha disminuido, tanto en lectura, como en matemáticas, pero los 55 que quedan en lectura y los 66 en matemática en 4° Básico, entre el NSE bajo y el Alto sigue siendo todavía un abismo.

Para nuestra pregunta inicial, hay varias buenas pistas que aportan luces a la relación entre liderazgo y mejoramiento escolar. En la consideración de los factores a los que se puede asociar buenos resultados, la Agencia de la Calidad de la Educación destaca siete que “marcan diferencia”. Se trata de mayores puntajes SIMCE de diferencia entre un establecimiento educacional con alto nivel de logro en el factor, en relación con los que alcanzan un nivel bajo:

  1. Ambiente de respeto: los establecimientos educacionales en los que prevalece esta característica, logran 28 puntos más en SIMCE.
  2. Buen trato: el logro también es de 28 puntos de diferencia.
  3. Liderazgo directivo, en este caso, es 13 puntos de diferencia.
  4. Fomento de estrategias pedagógicas y de evaluación, logra 6 puntos de diferencia
  5. Retroalimentación docente, con 22 puntos de diferencia.
  6. Hábito lector de los estudiantes, con 24 puntos de diferencia
  7. Hábito lector de padres y madres, con 9 puntos de diferencia

Más allá de una explicación más detallada de las variables a las que se asocia cada factor y a la metodología con la que logra establecer el peso de cada uno, es muy claro que ninguno de ellos es ajeno a la gestión y el liderazgo del establecimiento educacional, sea como acción directa que el director o directora y el equipo directivo han impulsado o liderado, o sea como consecuencia de decisiones que ellos han tomado. Ninguno de ellos, tampoco, es desconocido en la cultura escolar; es decir, se trata de factores reconocibles, de experiencias identificables. Tan relevante como eso es el aprendizaje que se agrega al tema y las consecuencias de ello, para investigaciones más profundas, para la formación de directivos, para las redes de mejoramiento escolar y sus esfuerzos de aprender con otros.

Son importantes estos resultados y esperaremos con expectación los informes técnicos más detallados, 2014 y 2015.