Germán Cona
Por años, la mejora educativa ha sido un desafío constante en Chile, y el proyecto “Comunidades de Aprendizaje Profesional para la Mejora Continua Territorial” (REDCAPs) que se desarrolló entre el 2023-2024 se posicionó como un ejemplo de cómo se pueden generar transformaciones reales desde la base del sistema. Liderado por el Centro Liderazgo C Líder, esta iniciativa demostró que la colaboración estructurada entre docentes, líderes escolares y equipos de nivel intermedio puede convertirse en el motor de un cambio profundo y sostenible. El proyecto se desarrolló en 9 establecimientos escolares de las comunas de Quilicura y Conchalí, nació con un propósito ambicioso: fortalecer capacidades a todos los niveles educativos, desde los equipos de gestión hasta los docentes en el aula, mediante la implementación de Comunidades de Aprendizaje Profesional (CAP). Este enfoque no solo respondía a políticas clave como la Ley 21.040 y la Política de Reactivación Educativa, sino que se alineó con las necesidades urgentes del sistema: superar las brechas educativas y mejorar los aprendizajes de los estudiantes.
REDCAPs utilizó la metodología de mejora basada en Diseño y el aprendizaje en redes a través de la indagación colaborativa. Lejos de ser un simple conjunto de talleres o capacitaciones, el proyecto fomentó una cultura de reflexión colectiva y liderazgo distribuido en las escuelas participantes. Cada uno de los nueve establecimientos ha construido espacios donde docentes líderes y directivos trabajan en conjunto para identificar problemas de práctica locales, diseñar soluciones y evaluar su implementación. En otras palabras, cada comunidad de aprendizaje es única y se adapta a las necesidades específicas de sus participantes, asegurando que los objetivos sean relevantes y alineados a los contextos locales.
Pero, como todo cambio profundo, el camino no estuvo exento de desafíos. El trabajo en un territorio de anticipación (es decir, en proceso de traspaso a SLEP Los Libertadores) y la inestabilidad que ello trae en algunos equipos directivos y la necesidad de articular a múltiples niveles del sistema educativo puso a prueba la resiliencia del proyecto. Aun así, REDCAPs ha logrado hitos notables: la formación de 10 CAP, generación de un grupo de docentes líderes empoderados que apoyan la gestión pedagógica, la implementación de prácticas colaborativas entre escuelas y el fortalecimiento de capacidades de liderazgo y confianza relacional.
Las siguientes opiniones grafican estos logros:
“Es fundamental que los directores entendamos que estamos de paso y debemos construir capacidades dentro de la escuela que perduren más allá de las personas. Se requiere tener una mirada que incorpore “la voz de los profesores” en las decisiones de la escuela. Este proyecto me ha permitido entender que los profesores deben ser más escuchados, en todos los ámbitos, y sobre todo en lo pedagógico, y son los docentes líderes quienes tienen aquí la función de ser bisagras, mediadores, entre el Equipo de Gestión y los profesores.” (Director, Caso 8).
“Hoy en día, es importantísimo elevar el nivel de las reflexiones pedagógicas de nuestros profesores y soy un convencido que las CAP lo permiten, ya que teniendo el foco en un problema de práctica compartido y comprendido por toda la comunidad educativa, se hace posible generar un espíritu común, una causa común para mejorar la calidad de educación de nuestros estudiantes.” (Jefe de UTP, Caso 8).
“En general han sido bien abiertos a escuchar nuestras voces, nos han tomado como un rol muy similar a lo que dicen otros establecimientos, como más mediadores entre los demás docentes y el equipo de gestión, entonces claro, tenemos como ese rol más intermedio entre la gestión y los docentes” (Docente Líder, Caso 6).
Más allá de los logros inmediatos, REDCAPs deja lecciones clave para el futuro de la educación en Chile. Primero, nos muestra que la mejora no puede ser impuesta desde fuera o verticalmente; debe surgir desde la reflexión y la colaboración en el terreno. Segundo, confirma que el liderazgo distribuido no es solo una teoría atractiva, sino una herramienta efectiva para movilizar comunidades educativas. Tercero, plantea una pregunta crucial: ¿estamos preparados para escalar estas experiencias y convertirlas en una política pública sostenible?. Chile necesita más iniciativas como esta, que no solo aborden los síntomas de la crisis educativa, sino que transformen su esencia. REDCAPs nos recuerda que el cambio es posible cuando entendemos la educación como un esfuerzo colectivo, donde cada actor importa y cada problema puede ser una oportunidad de mejora. La verdadera innovación en educación no se trata de imponer soluciones mágicas,
sino de construir, paso a paso, comunidades que aprendan a mejorar juntas. Es hora de que apostemos por ello.