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La crisis sanitaria mundial por el COVID-19 ha provocado diversos cambios en el mundo educacional: se suspendieron las clases presenciales, las y los profesores tuvieron que innovar en cómo entregar los contenidos a sus alumnos/as y el rol de los directores o directoras de escuela se hizo clave.

En el Programa de Liderazgo Educativo UDP conversamos con tres directivos de diversos lugares de Chile, quienes explicaron los desafíos que enfrentaron sus escuelas y cómo se fueron adaptando a este nuevo sistema de clases virtuales.

Makarena Torrejón, Directora Escuela Superior Nueva Bilbao, Constitución: “Lo más importante fue no perder la cercanía y comunicación con la comunidad”

Educadora diferencial de profesión, Makarena Torrejón, actual directora de la escuela municipal Superior Nueva Bilbao de la Región de la Región del Maule, enfrentó la suspensión de clases programada por el Ministerio de Educación recién asumiendo su cargo. Liderando una escuela con 90 años de historia y que actualmente tienen 255 estudiantes, Torrejón organizó rápidamente al equipo directivo compuesto por dos inspectores generales y un UTP para crear diversas estrategias de trabajo que se centraron en incentivar a las y los docentes y asistentes a potenciar la comunicación formal e informal- grupos de whatsapp- con los padres y madres para transmitir cercanía.

“Los docentes tuvieron que adaptarse a comprender que eran ” la primera línea de la institución”, que serían el blanco cercano de dudas, reclamos, rabias, miedos e inseguridades de todo lo contextual y socioeconómico que significa no poder enviar a los niños a clases en una escuela de alta vulnerabilidad, donde el 100% almuerza, desayuna y se lleva colación Junaeb al hogar”, detalla Makarena Torrejón.

Considerando que el 97% de los apoderados tenían como único medio de comunicación el WhatsApp, la Escuela realizó un plan de trabajo remoto en el cual las y los docentes, utilizando como medio generador de aprendizaje el texto del estudiante del Mineduc, desarrollaron vídeos, presentaciones y guías para reforzar lo trabajado en el texto. Torrejón destaca que los docentes innovaron en cómo entregar el material. “Como directivos otorgamos libertad de respuestas educativas y pedagógicas a cada docente, ya que por ensayo y error, y el contexto de cada curso, pudiesen establecer la mejor estrategia y tener la oportunidad de mejorarla, si esta no daba resultado. Lo anterior se logró con reuniones periódicas de videollamadas con pequeños grupos de docentes”.

Entre los desafíos que enfrentó Torrejón en el contexto de pandemia e incertidumbre destaca el establecer rápidos lineamientos institucionales, para ello se desarrolló un Plan Integral de Respuestas Educativas (PIREE) con estrategias organizativas, pedagógicas y socioemocionales con actividades claras, roles específicos y objetivos institucionales organizados, todo en articulación a los estándares de desempeño indicativos, marco de la buena dirección y marco de la buena enseñanza docente. Junto a esto se sumó el bajo número de personas realizando turnos éticos, los cuales asumieron múltiples roles desde reparto de canastas Junaeb, fotocopiado de material y atención telefónica a apoderados, entre otros.

Pero lo más importante, según Torrejón, fue el no perder la cercanía y comunicación con la comunidad. “Nos tenían que visualizar unidos, comprometidos, con alto sentido social y trabajando por responder a las múltiples necesidades. Ante esto organizamos videos de saludos, tips socioemocionales, yoga de kinesióloga, rutinas de ejercicios, tutoriales de arte, cuenta cuentos de funcionarios y concursos escolares”, detalla. Además, ante los altos índices de cesantía en las familias de la Escuela, crearon dos campañas de alimentos entre funcionarios y educaron a las familias en cómo postular a los bonos COVID, actualizar sus fichas y registrarse en servicios sociales. 

“La creatividad debe ser una competencia en los directivos en tiempos de crisis, hay que atreverse a innovar y desarrollar acciones estratégicas, siempre validando el contexto institucional, analizando la información y desarrollando confianza entre las y los funcionarios”, acota Torrejón.

Matías Aguilera, Director Escuela San Rafael, Teno: “Nos enfocamos en el desarrollo de objetivos transversales, apuntando a las dimensiones cognitivas, físicas y afectivas”

La realización de encuestas para conocer las barreras comunicacionales en el contexto no presencial, el acceso a las tecnologías y conectividad de las y los estudiantes, el nivel de apoyo de padres y madres y  las condiciones socioeconómicas y psicoemocionales de la comunidad, fue una de las primeras acciones que realizaron en la Escuela San Rafel de Teno, de la Región del Maule, una vez decretada la suspensión de clases presenciales por la pandemia de COVID-19.

Fundada en 1957, con 114 estudiantes y dirigida por Matías Aguilera Pérez-Barros, la Escuela conocida por formar estudiantes comprometidos, respetuosos con el entorno y promotores de la vida sana, desarrolló un plan de aprendizaje remoto especial adecuándose a la necesidades de sus estudiantes, que ya va en su tercera versión de aplicación. Específicamente y conociendo que solo un 40% del estudiantado tiene acceso a un computador o internet mientras que un 97% de las familias utiliza redes sociales, la Escuela estableció un sistema de comunicación formal con los apoderados a través de la creación de grupos de Whatsapp, un Facebook institucional y llamadas telefónicas, complementado con la distribución de material impreso de aprendizaje que se entrega mensualmente en el establecimiento.

“El objetivo de nuestro plan de aprendizaje remoto es mantener la motivación por los procesos de enseñanza-aprendizaje, tanto en estudiantes como en sus familias. Conociendo nuestro contexto, postergamos el acceso a las clases online y nos enfocamos en el desarrollo de objetivos transversales, apuntando a las dimensiones cognitivas, físicas y afectivas por sobre el trabajo en contenidos de otras asignaturas”, explica Matías Aguilera.

Considerando que en el actual contexto la entrega de canastas de alimentación y los beneficios estatales no son suficientes para las familias afectadas por el desempleo, desde la Escuela están haciendo seguimiento de los casos más vulnerables con el propósito de ofrecer ayuda a través de campañas solidarias y la creación de redes de apoyo.

La implementación de estrategias adecuadas al contexto socioeconómico y el trabajo en equipo para desarrollar ambientes colaborativos, son unas de las principales ideas que Aguilera asegura que tienen que mantener en mente todos los directivos escolares. “Hay que preocuparse de elementos esenciales y de base como lo es el bienestar social, emocional/psíquico y económico de la comunidad educativa, relevando el rol social de la escuela y los aprendizajes deben ir enfocados más al desarrollo de las habilidades que a la memorización de contenidos. Esta es una oportunidad para los equipos directivos y para el sistema educativo en general, ya que nos desafía a reinventarnos y a reflexionar acerca de qué es lo realmente importante en educación”, detalla Aguilera.

Esteban Garay, Director Escuela Básica Juan Bautista Alberdi, Villa Alemana: “Hay que reflexionar sobre nuestras prácticas y descubrir los aciertos en contextos de incertidumbre”

El trabajo colaborativo fue fundamental para enfrentar la suspensión de clases presenciales por la pandemia del COVID-19 para la Escuela Básica Juan Bautista Alberdi de la Región de Valparaíso. Fundada en 1970, compuesta por 257 estudiantes y un índice de vulnerabilidad de un 93,12%, la dupla psicosocial de la Escuela junto con las y los docentes jefes del establecimiento se contactaron vía telefónica con las familias para conocer el estado emocional de las y los estudiantes, su conectividad y dispositivos de acceso a internet y la situación socioeconómica de las familias.

Con un 45% de familias sin acceso a internet, la Escuela realiza operativos de entrega de guías para estudiantes focalizados, mientras que sube su material a un sitio web especializado para aquellos que cuentan con conectividad a internet. Además, mejoraron sus canales de comunicación con los padres y apoderados a través de correos electrónicos, Facebook e Instagram institucional, llamadas telefónicas y , en casos excepcionales, visitas domiciliarias.

“Nuestro establecimiento ha logrado redireccionar los esfuerzos que se estaban realizando para brindar los Objetivos de Aprendizajes y visualizar actividades en apoyo al ámbito socioemocional de nuestras familias. La gran mayoría de las familias tiene acceso a redes sociales gratuitas (Facebook y Whatsapp) por lo que a través nuestro Facebook institucional hemos hemos subido cápsulas de vídeos con tips de apoyo y  transmisiones en vivo para interactuar con la comunidad”, explica Esteban Garay, director de la Escuela.

El monitoreo y retroalimentación de los y las estudiantes la Escuela lo ha canalizado por distintas vías, pudiendo generar un medio de contacto entre docente y estudiante que favorecer la vinculación con la escuela.

Para Garay, el constante desarrollo de un trabajo en equipo y el reflexionar sobre las prácticas educativas ha sido fundamental para entregar estabilidad a las familias en el actual contexto de incertidumbre. “Dado que no existe un experto que pueda darnos las luces de cómo resolver todas las aristas que ha conllevado esté escenario, toma mucha relevancia la capacidad de reflexionar sobre nuestras prácticas en tiempos tan complejos e ir descubriendo los aciertos que para nuestro contexto van dando frutos, así como también considerar las diferentes miradas de los y las docentes frente al escenario actual”, acota.