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El liderazgo sistémico llegó a nuestro país hace relativamente poco tiempo y su perspectiva para generar una mejor educación trae una mirada distinta a como hasta ahora la han percibido los diferentes actores del sistema educativo público chileno. El Diplomado Formación de Líderes Sistémicos, implementado por el Programa de Liderazgo Educativo UDP y promovido por el Centro C-Líder, busca sembrar este nuevo concepto de liderazgo en sus alumnos con la finalidad generar un cambio positivo en la educación pública de nuestro país.

El coordinador del Proyecto Formación de Líderes Sistémicos, Carlos Eugenio Beca, cuenta en esta entrevista más detalles acerca de este programa y cómo ha sido su implementación durante estos tres años y la pronta apertura de la última convocatoria 2024. 

El concepto de liderazgo sistémico se instala en Chile hace aproximadamente 15 años, cuando estuvo de visita en nuestro país el académico británico David Hopkins (autor del libro “Hacia una buena escuela”). Su planteamiento apunta a que las escuelas no pueden mejorar de forma solitaria, sino por el contrario, para que se produzca un mejoramiento educativo es necesario un sistema en el que interactúen unas escuelas con otras.

En este sentido, Carlos Eugenio Beca afirma que “esto resulta muy importante en el contexto chileno, en que prevalece mucho la competencia entre los establecimientos, ya sea por captar alumnos u otros, o incluso, el propio sistema de subvenciones incentiva a eso, en lugar de la colaboración”. 

Explicar el coordinador que de acuerdo a lo que plantea Hopkins, las escuelas tienen que sentirse parte de un sistema y sentir que mejoran sólo si mejora el conjunto y no una sola en competencia con otras: “Esto implica la existencia de un equipo directivo que ejerza un liderazgo que mire al sistema, ya sea local y también que pueda ampliarse el sistema macro, pero que vea más allá de la escuela. Al interior de la escuela, también se puede concebir y construir un sistema, donde cada individuo o cada profesional docente o directivo, no trabaja solo, sino en cooperación con otros para procurar el mejoramiento del conjunto”.

Este es un tema central que el equipo del proyecto lo consideró como base para elaborar programas de formación de líderes sistémicos, que según cuenta Carlos Eugenio Beca, comenzaron a desarrollarse hace siete años por el CEDLE, como primer centro de liderazgo, y ahora lo hacen junto a C-Líder. 

Desarrollo de capacidades sistémicas

En el transcurso de la formación, los directores (as) y equipos directivos que participan, destacan la importancia de desarrollar la capacidad de trabajar colaborativamente, al interior de sus equipos, con sus docentes y con otras escuelas. “Esto comienza por definir y hacer prioritarios los problemas que deben enfrentar, que son aquellos que están en su área de influencia tanto de los docentes como de los directivos”, afirma el coordinador.

Este liderazgo sistémico no solamente apunta a directores (as) o equipos directivos de las escuelas, sino también al sistema educativo local, de esta manera se articula el sistema. Esta es la razón que explica por qué en este diplomado convocan a participar no solamente a equipos directivos de determinadas escuelas del territorio, sino también a profesionales de apoyo que acompañan desde el slep, la corporación o el daem del municipio respectivo. También invitan a supervisores ministeriales que tienen una tarea de acompañamiento a equipos directivos de establecimientos educacionales, para que dominen los mismos conceptos y asuman las mismas prácticas de un liderazgo que mira al territorio y que tiene como foco el trabajo colaborativo más que en competencia. 

Considerando que Chile está en una transición hacia los servicios locales de educación pública (SLEP), indudablemente que cada uno de ellos debe implementar un plan estratégico local y, en la medida que se desarrolla un liderazgo más sistémico de parte de los directivos y de los equipos profesionales de apoyo del propio servicio local, puede construirse mejor la capacidad de llevar a la práctica esa estrategia. 

Para una buena implementación, cuenta Carlos Eugenio, las capacidades de los equipos directivos son muy importantes, “pero no solamente las técnicas, sino también lo son ciertas concepciones entre las cuales está una disposición a colaborar, a investigar cuáles son los problemas reales, a buscar e innovar para encontrar soluciones que efectivamente respondan a esos problemas reales. Esta indagación y acción colaborativa de los líderes sistémicos, puede ser muy importante para contribuir con buenos proyectos educativos a nivel local”.

Efectos concretos de una formación sistémica

El equipo del diplomado ha realizado seguimientos a directivos y profesionales de los municipios y a supervisores ministeriales al año siguiente de haber participado de la formación. En este aspecto, Carlos Eugenio Beca evidencia que “han podido llevar a la práctica planes conjuntos entre pares de establecimientos que han buscado las soluciones conjuntas a sus problemas, los directivos también declaran usar de mejor manera los datos que disponen para poder identificar los problemas, siendo también que se les provee de determinadas herramientas para hacer mejor uso de los datos”. 

Tienen evidencia también de directivos que han logrado aprendizajes durante el diplomado y los han llevado a la práctica, como por ejemplo, identificar mejor los problemas, analizar colaborativamente las causas de esos problemas, desarrollar planes de acción utilizando bien los datos para identificar mejor los problemas y establecer un tipo de relación colaborativa al interior del establecimiento, tanto con el equipo directivo como con los docentes. “Esperamos que esto se vaya consolidando para que efectivamente no sólo sean aprendizajes teóricos, sino que con los conocimientos que tengan logren cambiar las prácticas de los equipos directivos. Si lo hacen ellos, en consecuencia van a mejorar con los docentes y, a su vez, necesariamente mejorará el aprendizaje de los estudiantes”, concluye el coordinador acerca del proceso de formación.  

En cuanto al desafío para resolver complejidades que se presentan en el sistema educativo, Carlos Eugenio Beca ve al liderazgo sistémico como un gran aporte y en este sentido, considera relevante destacar, por un lado, “que la formación de líderes sistémicos pueda aportar a las redes de docentes y de directivos un liderazgo más efectivo para que puedan constituirse en comunidades de aprendizaje”. Por otro lado, “permitir la colaboración entre profesionales de distintos niveles, ya que muchas veces no existe la confianza suficiente sino que hay que construirla”. 

A modo de objetivo final a alcanzar con este programa, sostiene Beca, es “sembrar la idea de que se pueden generar relaciones horizontales entre personas que van hacia un mismo objetivo y que es necesario respetar y comprender el rol que cada uno desempeña. Esto implica un cambio de mentalidad y un cambio cultural que toma tiempo. Nosotros lo que estamos impulsando es que el equipo que dirige el sistema local o del municipio, empiece a proyectar la formación que está recibiendo en este programa en la elaboración de sus planes”.

Recuento y proyección

Haciendo un recuento de los resultados obtenidos en estos tres años de implementación del diplomado, el coordinador destaca tres puntos relevantes. Primero, el bajo porcentaje de deserción (aproximadamente de 5% promedio de las tres promociones), considerando que este es un programa principalmente online y además es gratuito: “Las razones que exponen principalmente son de fuerza mayor, como cambio de trabajo o enfermedad larga y compleja. Esto refleja al menos el compromiso y la responsabilidad de los directivos y profesionales de las instituciones que participan”. 

Segundo, la selección rigurosa de los participantes y el acompañamiento que éstos reciben de parte de sus sostenedores que los han designado, “ya que son ellos quienes los seleccionan de acuerdo a ciertos criterios estipulados por nosotros y los motivan permanentemente para que puedan perseverar”.

Tercero, la implementación de las tutorías o mentorías, que son realizadas por profesionales que ya tienen la expertisse en acompañar a otros profesionales que están en proceso formativo. “Se hace muy necesario porque estamos viviendo tiempos tan complejos –problemas de salud, crisis en los establecimientos- y es muy factible que haya personas que estén en riesgo de abandonar porque son tantos los factores que influyen, que es muy difícil lograr que una persona se concentre en el proceso formativo durante 6 meses, hay muchos distractores”.

Próxima versión del diplomado

Las fechas de inicio y término serán abril y octubre respectivamente. De noviembre de este año a enero 2024 estarán realizando las convocatorias para que en los distintos territorios, los sostenedores, los daem o los supervisores seleccionen las personas que participarán el próximo año.

¿Quiénes pueden participar?

Se seleccionan determinados territorios, luego en promedio se escogen unas 5 escuelas, liceos o jardines. Posteriormente, 2 o 3 profesionales de apoyo del equipo del sostenedor, sea del municipio o del slep, más algunos supervisores ministeriales del mismo territorio. “Este equipo es el que logra posteriormente pensar cambios reales para esas escuelas y luego a nivel del sistema local”, afirma Beca con respecto a los requisitos de esta selección y los resultados esperados.

En las tres versiones los participantes han sido 47 en 2021, 42 en 2022 y 129 en 2023, con un salto enorme que les ha significado un gran desafío organizativo y metodológico para el equipo del diplomado. Esto fue el efecto del incremento en el número de territorios convocados y se agregó la Región de O´Higgins, que hasta ese momento la cobertura había sido solamente en Región Metropolitana. Posiblemente, para la versión 2024 se incorpore la provincia de Llanquihue, aunque aún no están totalmente definidos los territorios que serán convocados para la próxima apertura del diplomado.

Para la selección de los territorios, el equipo del diplomado está facultado para llevar a cabo esa labor, ya que el convenio que tienen con el Ministerio de Educación no estipula que deban ser determinados territorios. Los requisitos son los siguientes: en primer lugar, los establecimientos educacionales que participan deben pertenecer al sistema de la educación pública, considerando que tanto los recursos como los cupos son limitados. En segundo lugar, hay una restricción geográfica, debido a que hay algunas actividades que son presenciales y los recursos son limitados, hasta ahora se han centrado en la Región Metropolitana, sólo este año se incorporó la Región de O´Higgins, hasta donde se trasladaron para realizar un par de actividades.

Uno de los criterios que aplican para determinar los territorios es priorizar los servicios locales de educación: el Slep de Barrancas, en la Región Metropolitana y el Slep de Colchagua, en la Región de O´Higgins, que es el único que está funcionando hasta el momento. En cuanto a los municipios, es mucho más amplio el rango de posibilidades. Buscan sectores más necesitados, aquellos que tengan proyectos educativos y equipos bien consolidados, y también “lo conversamos con las Seremi de Educación de cada región para que nos ratifiquen a quién podemos convocar y qué priorizar”, concluye Carlos Eugenio Beca.

Puedes revisar la entrevista completa aquí