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Dado el contexto de crisis sanitaria global y de aislamiento social, entrevistamos a la Directora de Investigación de la Escuela de Psicología UDP, Elisa Ansoleaga, quien abordó los principales desafíos que plantea este escenario para los líderes educativos y sus comunidades escolares.

1) En su opinión, ¿cuáles son los principales desafíos que están enfrentando los líderes escolares?

En estos tiempos los desafíos son múltiples, pues las dimensiones y efectos de la pandemia golpean muchos ámbitos de la vida y ello golpea a toda la comunidad educativa.

En consecuencia, los principales desafíos están en:

  • Reconocer la complejidad de las dimensiones que es necesario abordar.
  • Priorizar por aquellas acciones/dimensiones que involucren la salud y la seguridad de las personas.
  • Atender a las brechas y limitaciones de acceso a las nuevas modalidades de educación que pueden enfrentar estudiantes y docentes.

2) ¿Cómo los directivos escolares pueden ejercer un liderazgo efectivo a distancia?

Un líder efectivo es aquel que logra mostrar y mantener un horizonte, congregar a su comunidad en torno a objetivos comunes y conducir con flexibilidad al conjunto de su comunidad.

3) En un contexto como el que estamos viviendo: ¿Cómo conciliar la continuidad de un proceso formal, como el educativo, con la necesaria contención de los distintos actores de la comunidad?

La crisis actual nos ha golpeado a todos y eso no excluye a los directivos escolares. La pregunta es respecto de las consecuencias que provoca en los distintos actores. La contención de la comunidad es central, cuidar la cohesión de la misma es una condición indispensable para enfrentar los desafíos de ahora y sobrevivir en el futuro. No exagero al hablar de sobrevivencia, pues las organizaciones, y no son una excepción las comunidades educativas, son antes que nada espacios sociales y en consecuencia, cuando aquello se ve dañado se producen efectos negativos, en los miembros y en los colectivos, que atentan contra los objetivos de la propia organización y que ponen en riesgo su preservación futura.

Por ello, la contención, el apoyo y la preocupación por los miembros de la comunidad es un piso para sostener la tarea formativa.

Esta tarea formativa será más o menos difícil según las condiciones económicas, tecnológicas y de formación en quienes deben llevar adelante estas tareas. Con ello me refiero a la comunidad estudiantil, pero también a los docentes. Si las condiciones no están habrá que trabajar por conseguirlas.

4) ¿Cómo cuidar los vínculos en los equipos escolares y cómo mantener un buen ambiente laboral ante la exigencia del teletrabajo?

En primer lugar, debemos reconocer que lo que tenemos hoy NO es teletrabajo, sino más bien, un gran esfuerzo por mantener ciertos procesos con las condiciones que tenemos. El teletrabajo está normado y supone unas condiciones mínimas que hoy no se cumplen casi en ningún hogar. Reconocer esto es un paso inicial para ver qué es lo que pedimos y si estamos en condiciones de exigir o bien de apoyar. Ese reconocimiento de las dificultades cotidianas que enfrentamos ayudará a las relaciones y el clima en la comunidad.

5) ¿Qué recomendaciones entregaría usted a los líderes escolares en un momento como éste?

No hay una sola recomendación, así como no hay respuestas globales, cada contexto y cada comunidad educativa es distinta y tiene sus propias características. Atender a esas particularidades es una buena idea para comenzar. Generar procesos participativos para levantar alternativas de solución o de abordaje es muy importante, pues las mejores ideas no provienen de agentes externos o de arriba hacia abajo, sino más bien de quienes están en la tarea cotidiana.