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En el proceso de implementación de los Planes de Mentoría 2024, las escuelas pertenecientes a los Daem (Departamento de Administración de Educación Municipal) de Teno y Curepto están experimentando un abanico de situaciones propias de estar introduciendo una nueva manera de liderazgo al interior de los establecimientos educacionales. Esto implica un cambio cultural, lo cual no es menor.
A principios de este año recibieron sus títulos los mentores pedagógicos correspondientes a la cohorte 2023 del Diplomado Mentoría Pedagógica para el desarrollo profesional de habilidades de acompañamiento en directivos y docentes líderes.
Parte de ella, son docentes, directores y directoras de escuelas y directivos de los Daem de Teno y Curepto, ambas localidades ubicadas en la Región del Maule.
Para conocer de cerca las experiencias desde los mismos protagonistas, conversamos con los docentes, directivos escolares, el jefe del Daem de Teno y la jefa de la UTP Comunal del Daem de Curepto. Aquí compartimos lo que ha sucedido en terreno.
Si bien la metodología aún no está instaurada en todas las escuelas, ya se pueden evidenciar algunos casos concretos en que están obteniendo resultados. En este sentido, en las escuelas pertenecientes al Daem de Teno (18), la realidad es la siguiente: “de los siete establecimientos que están implementando las mentorías, al menos tres las están implementando de manera íntegra”, afirma Óscar Díaz, Jefe Daem de Teno.
De acuerdo a lo que ha podido observar, crear un ambiente propicio para que se desarrollen las mentorías ha sido fundamental, en este sentido el director del Daem afirma: “Quiero resaltar que determinadas escuelas están realizando las actividades en las que participa el director más el equipo de gestión y comparten un café, es decir, crean un clima más cordial para trabajar la mentoría, esto es propicio y genera una motivación para participar”.
Con respecto al liderazgo, recalca que es necesario que esté presente: “Veo que si la UTP es comprometida, planifica, trabaja con sus docentes y tiene una confianza con ellos, hay un resultado exitoso”.
El rol del Daem en este sentido es potenciar un cambio cultural educativo. “Todo cambio al principio cuesta, pero una vez que ya se institucionalice la práctica en sí y la tengan desarrollada, va a ser más fluido. La idea es llegar a que sea una práctica sistemática en el establecimiento, ésta es la gran ganancia y creo que eso se va a ver el próximo año. Entonces lo importante es liderar para que esa práctica se mantenga y no solo por cumplir por un convenio que tuvimos con la UDP, éste es el gran desafío”.
Un tema relevante también son los contextos y las circunstancias que se viven en cada escuela, y en relación a este punto, el jefe Daem de Teno sostiene: “Muchas veces el contexto del establecimiento, no permite ir avanzando en el proceso de la manera que se espera. En la próxima jornada de EDA (Encuentro de acompañamiento), que es el tercero de este año, tendremos más claridad acerca de cómo van los avances de acuerdo a lo que planificaron durante el año. Todo este recorrido ha sido un aprendizaje”.
En Curepto la realidad es algo particular. Con 20 establecimientos en una comuna netamente rural, en tres de ellos se están implementando las mentorías pedagógicas, que son las escuelas con mayor número de estudiantes, ya que hay algunas que cuentan solamente con uno o dos estudiantes.
Según comenta Soledad Muñoz, jefa UTP Comunal del Daem y quien también se formó en el diplomado: “Nuestro desafío ha sido implementar esta metodología en las escuelas rurales. Hasta ahora ha habido resultados muy positivos en el caso de los docentes, quienes al principio tenían una percepción un tanto negativa hacia la mentoría, pero luego al percibir la postura del mentor-docente con una actitud dirigida al acompañamiento, sin juicio de valor y más enfocado al escuchar, se produjo una apertura y cambio de percepción”.
En cuanto al rol del Daem, “hemos sido entes facilitadores, en el sentido de promover tiempo, lograr la disposición de los profesores a participar, disponer los espacios para que puedan participar de este proceso y que sea lo menos invasivo posible dentro de sus actividades ya establecidas”, comenta la jefa UTP, y añade que un punto importante, y que ha sido muy productivo, es la aplicación de las herramientas que aprendieron, como es el caso de la reflexión sobre la experiencia, lo que es fundamental para la preparación de futuras experiencias en que ya sientan incorporados los aprendizajes.
Haciendo una proyección de esta tercera etapa de la implementación de las mentorías de este año, “nos queda, en una primera instancia, en el próximo encuentro de EDA, tener bien definidos los focos, contar con los insumos de observación, cómo los podemos vincular en este caso con la teoría (Estándares de la profesión docente: marco para la buena enseñanza/Marco para la Buena Dirección), ahora viene el proceso de poner en práctica nuestras habilidades, las competencias y hacer frente a las dificultades que puedan ir apareciendo en estos procesos de mentoría, así como también, utilizar los recursos que tenemos disponibles para la correcta implementación de las conversaciones que surjan en la implementación”.
Para Soledad Muñoz, “expresar gratitud por este proceso que ha experimentado la comuna en términos educativos es valioso, ya que el apoyo que han recibido por parte de la UDP ha sido clave hasta hoy para sobrellevar los desafíos, principalmente porque hay una resistencia en los docentes a incorporar cambios, pero poco a poco hemos podido derribar esos mitos que se han construido en base al trabajo con otro, que no es de supervisión, sino de acompañamiento, y tiene mucha claridad de que es un trabajo de mediano a largo plazo, pero al mismo tiempo tiene la seguridad de que les traerá buenos resultados”.
La implementación de las mentorías pedagógicas en los docentes les ha permitido abrirse a una nueva forma de relacionarse entre sus pares y empezar a crecer juntos en su desarrollo profesional docente. En este sentido, Noemí Calderón, docente y mentora de la Escuela Susana Montes Velasco (Teno), expresa que “ha sido un proceso muy gratificante, estamos compartiendo nuestras experiencias, tenemos que ganarnos la confianza, trabajar con el docente y hacerle sentir que no lo vamos a criticar, sino que al contrario, también vamos a aprender de su labor, es un acompañamiento, vamos a apoyarnos mutuamente. Yo he aprendido mucho de las docentes a las cuales estoy mentoreando, he recordado conceptos que había olvidado y ahora los estoy aplicando nuevamente. Ha sido una experiencia muy enriquecedora, que no la habíamos tenido en otras instancias”.
Como toda nueva implementación, siempre viene de la mano de desafíos. La principal dificultad que han tenido que enfrentar es el factor tiempo: “la falta de tiempo es lo que más nos juega en contra para llevar a cabo el plan que elaboramos para ejecutar las mentorías”, comenta Gabriela Arenas, docente y mentora de la Escuela San Cristóbal (Teno).
En cuanto a las dificultades personales, varias docentes se refirieron a la elaboración de las preguntas adecuadas para movilizar en los docentes los estados mentales necesarios para la reflexión: “tener claridad acerca de la pregunta que debo hacer y cómo plantearla para lograr mover en mi colega sus estados mentales, es uno de los objetivos que más me ha costado lograr”, agrega Gabriela Arenas.
Otro punto relevante es la motivación de los docentes para participar de esta iniciativa. Al respecto, Maribel Ávila, jefa UTP de la Escuela San Cristóbal (Teno), menciona que la motivación de los docentes para crecer profesionalmente es fundamental, ya que en base a eso se mueve este ciclo, que no sólo los involucra a ellos sino también a otras personas vinculadas con la labor educativa en el establecimiento: “como educadores tenemos que ir perfeccionándonos y aprendiendo, porque la educación involucra la enseñanza y el aprendizaje, lo que va cambiando con el tiempo y por eso es necesario innovar”.
La incorporación de las mentorías pedagógicas viene a sembrar la semilla de un cambio en la modalidad enseñanza-aprendizaje con la finalidad de introducir una mejora en la educación que se imparte a los alumnos y alumnas. En consecuencia, no es un cambio superficial el que se está generando. La docente y mentora Francis Arellano, jefa UTP de la Escuela Pedro Antonio González (Curepto), afirma: “para nosotros ha sido muy significativo, porque va a implicar tal vez cambiar nuestra cultura, lo que va a permitir potenciar la confianza entre nuestros pares al interior del establecimiento, porque la verdad es que estamos trabajando sumamente bien, hemos visto un cambio de disposición de parte de los docentes que están participando en las mentorías. Para mí, como jefa de UTP, ha sido muy valiosa la mentoría desde el enfoque que ésta tiene, que potencia más la reflexión”.
Ha sido una experiencia muy positiva en aquellos establecimientos cuyos directivos se incorporaron en la implementación de las mentorías pedagógicas con los docentes de las escuelas que dirigen.
El director y mentor de la Escuela Pedro Antonio González (Curepto), Milton Márquez, comparte su experiencia: “Nos ha servido mucho, ha sido un perfeccionamiento y una metodología muy útil para nuestro trabajo como equipo de gestión. No hemos tenido muchos desafíos ya que las mentorías las sumamos a nuestro Plan Adeco (Asignación de Desempeño Colectivo) que se ejecuta desde hace un tiempo. Estoy aplicando la mentoría con un profesor de arte que llegó hace poco al colegio y queremos prepararlo para que se incorpore a las funciones escolares, aplicando las preguntas mediadoras más todo el plan que aprendimos en el diplomado”.
En el Liceo Bicentenario Luis Correa Rojas (Curepto), la directora y mentora Mónica Márquez, ha comenzado a implementar las mentorías pedagógicas en el establecimiento y para ella ha sido una muy buena experiencia y aporte significativo para mejorar las prácticas pedagógicas, sobre todo de los profesores que se están iniciando en la carrera docente.
En la Escuela Susana Montes Velasco (Teno), asumió la dirección hace pocos meses Juan Rodrigo Muena, quien señala que esta estrategia de mentorías apunta a que, en su momento, se generen las condiciones para que todos los docentes tengan la posibilidad de participar en acompañamientos: “es muy significativo ver cómo se fortalece el liderazgo docente desde una perspectiva ‘entre pares’, de colaboraciones, de acompañamientos y reflexiones que surgen desde una perspectiva de igual a igual, lo que produce una sinergia institucional que, sin duda alguna, fortalece las prácticas de aula, las relaciones profesionales y, por sobre todo, fortalece el ambiente de trabajo”.
Claudio Vergara, director de la Escuela San Cristóbal (Teno) comparte su percepción acerca de las mentorías que se están implementando en su escuela: creo es la mejor herramienta, ya que éstas producen aprendizajes en las y los docentes-mentores y en los mentoreados. Es una ganancia en dónde docentes voluntariamente aceptan que su colega los apoye en su quehacer. Particularmente me gusta mucho esta forma de aprender y capacitarse en dónde el mentor aprende junto a su mentoreado. En buena hora tuvimos la oportunidad de aceptar este desafío. Pero ahora con las mentorías debemos seguir en esa línea, potenciar la capacitación con apoyo del mismo establecimiento. Queremos además que esta iniciativa se siga implementando en la escuela y, de esa forma, establecer con nuestras propias fortalezas un sistema interno que nos permita transitar a todos en una misma dirección”.