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El académico es Doctor en Educación de la Universidad de California-Berkeley y su investigación se centra en temas de mejora escolar.

El Magíster en Liderazgo y Gestión Educativa de la Facultad de Educación UDP cuenta desde el mes de agosto de 2020 con un nuevo director, el académico Miguel Órdenes.

El nuevo director es Sociólogo de la Pontificia Universidad Católica de Chile, Máster y Doctor en Educación de la Universidad de California-Berkeley, Estados Unidos. Su investigación se centra en temas de mejora escolar, poniendo especial atención a la motivación y compromiso docente en la tensión entre políticas educativas, constelaciones valórico-normativas y pobreza extrema.

También tiene especial interés en las dinámicas de gestión y cambio organizacional, poniendo en el centro la psicología social de grupos y las variables que posibilitan o limitan el aprendizaje de los adultos como base para el cambio organizacional. Además, es experto en la aplicación de los principios del diseño para movilizar la mejora de las organizaciones educativas. Su docencia se centra en la motivación y compromiso docente, aprendizaje adulto y mejora escolar basada en diseño.

¿Cómo enfrentas el desafío de asumir la dirección del programa?

Para mí es un privilegio llegar a dirigir un programa que goza de tanto prestigio entre los profesionales de la educación, así también por lo robusto de su propuesta formativa, por el plantel de excelencia que lo compone y por el profesionalismo y la calidad humana del equipo que lo gestiona. Este es un programa que ha madurado por una década acumulando una experiencia riquísima respecto a las necesidades formativas de las y los actores del sistema educativo y en responder con una oferta educativa muy sintonizada con esas necesidades. En este marco, lógicamente que es un tremendo desafío darle continuidad a la propuesta que está en operación y, sobre todo, buscar los caminos para continuar la ruta de crecimiento constante que este programa ha transitado. En el corto plazo, el mayor desafío es ajustar la propuesta formativa de un magíster presencial a las restricciones impuestas por la situación de pandemia, cambiando los medios de enseñanza pero sin sacrificar los fines de aprendizaje. Es ahí donde aparece el primer desafío, pero también un compromiso profesional profundo con el aprendizaje de nuestros estudiantes. En el mediano plazo, el gran desafío que tenemos es enfrentar exitosamente el proceso de acreditación del magíster, exhibiendo el progreso de los últimos años pero también mostrando las posibilidades de desarrollo para seguir mejorando en el presente y en el futuro.

¿Cuáles son tus proyecciones o en qué se enfocará tu gestión?

Voy a refrasear la pregunta, voy a llamarle: “nuestra gestión”. El magíster es un esfuerzo colectivo liderado por un rol formal, en este caso el director, pero que toma vida mediante el esfuerzo colectivo donde están muy involucradas la coordinadora de práctica (Lina Peralta), la secretaria académica (Milva Azzini), la secretaria del programa (María Castro), los académicos que conjugan el plan de estudios y, por supuesto, las y los estudiantes. Dicho esto, me encantaría que en esta nueva etapa del magíster, como equipo, tomemos consciencia de la importancia de poner a las personas en el centro de la práctica de la gestión; que nuestra forma de hacer las cosas ilustre el fondo de nuestra propuesta formativa; que incorporemos en nuestras clases los crecientes dilemas y desafíos de la labor cotidiana de las y los líderes; y seguir ofreciendo a nuestros estudiantes tecnología de punta en materia de liderazgo y gestión escolar, sin perder el norte ético y humanizante que caracterizan a este programa. Todo lo anterior con la expectativa de contribuir a la entrega del mejor servicio educativo posible a los niños, niñas y adolescentes del país.