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En el marco del ciclo de seminarios Liderazgo escolar en tiempos de crisis, del Programa de Liderazgo Educativo de la Universidad Diego Portales, el pasado jueves 31 de marzo se llevó a cabo el seminario virtual Transformaciones de la educación: ¿Qué hemos aprendido en pandemia?, con la participación del doctor en Ciencias Sociales y máster en Ciencias Sociales de la Educación Axel Rivas y la docente, directora de escuela y magister en Educación Diana Moreno.

Axel Rivas abordó las lecciones que dejó la pandemia según la perspectiva académica, desde su rol de investigador y director de la escuela de Educación de la Universidad de San Andrés, Argentina. Diana Moreno, en tanto, compartió su propia experiencia dirigiendo la escuela D-73 República de Los Estados Unidos de Antofagasta. Revisa la grabación completa del seminario aquí.

Ocho lecciones de la pandemia

Para el académico Axel Rivas la pandemia ha dejado al menos ocho lecciones, entre las que destacó la relevancia de la educación y el bienestar socioemocional de los miembros de la comunidad como primer aprendizaje: “Hemos aprendido lo importante que es para el aprendizaje el bienestar emocional de nuestros alumnos; saber cómo están, qué les afecta, si tienen miedos, qué les ha pasado, si han tenido algún problema familiar o personal, y entender cómo eso es parte del proceso de enseñanza y cómo en esas emociones está en juego en gran medida lo que va a poder hacer el estudiante con su aprendizaje”, expuso Rivas.

Otras lecciones sugeridas por Rivas tienen relación con qué y cómo se enseña en las escuelas; con poner ojo a las didácticas de enseñanza, resaltando la idea de generar experiencias en las y los estudiantes; con repensar las definiciones de tiempo y espacio de la clase tradicional, aprovechando espacios fuera del aula, y con priorizar los contenidos del currículum escolar para reducir la carga. Además abordó la colaboración entre pares como una lección que han aprendido las y los docentes durante la pandemia: “Quizás como nunca antes, tuvimos que ponernos a aprender y a consultar a otros”, dijo.

Hemos tenido la obligación de reducir la carga curricular y priorizar el currículum. Esta lección me parece que es muy importante más allá de la pandemia. Necesitamos hacer estos ejercicios de priorización curricular; de saber qué es lo que importa, qué es lo estructurante, y saber qué es lo secundario, qué es lo que no tiene tanta trascendencia en la vida de los estudiantes y que no tiene que ocupar la misma proporción de tiempo”, manifestó el doctor en Ciencias Sociales.

Otro aprendizaje, más bien técnico, fue el del uso de las tecnologías para la información y la educación, y los índices de desigualdad de acceso develados durante los primeros dos años de pandemia. “Necesitamos una política de universalidad del acceso a la tecnología para la educación. Sin acceso a la tecnología los estudiantes están en condiciones muy disminuidas; necesitamos políticas públicas que lo garanticen como bien público. Pero también apropiarnos pedagógicamente de las posibilidades tecnológicas y tener una visión de cómo, de alguna manera, el aula es una ventana al mundo”, señaló Rivas.

La experiencia de líderes escolares

En su presentación, la directora Diana Moreno expuso los desafíos que le tocó enfrentar en la dirección de la escuela D-73 República de Los Estados Unidos de Antofagasta y los aprendizajes que adquirió la comunidad educativa durante los años de pandemia.

Lo humano primó mucho en nuestras estrategias y en nuestra política interna de trabajo. Nosotros tenemos un proyecto educativo que apunta a eso, a crear niños que sean socialmente sensibles, que conozcan al otro, que tengan autoconocimiento que sean parte y aporte a la sociedad. Eso nos ayudó bastante a sobrellevar este tiempo de pandemia que fue bastante duro”, destacó la directora, coincidiendo con el primer aprendizaje del académico Rivas.

La escuela que dirige Diana Moreno posee un índice de vulnerabilidad escolar cercano al 80%, por lo que la primera acción en la estrategia para enfrentar la pandemia fue suplir las necesidades básicas de las y los escolares, como alimentación y útiles sanitarios. Cubiertas las necesidades básicas, la escuela continuó entregando tablets con conexión a internet.

Además de cubrir necesidades básicas y tecnológicas, tuvimos que cubrir aspectos psicoemocionales de nuestros estudiantes. Todos estaban devastados, más en el contexto socioeconómico en el que viven”, continuó la directora. Entre las medidas de atención a la salud mental, la escuela creó un fono de apoyo psicológico. A su vez, hicieron la convocatoria Covid en 100 palabras, para que las y los estudiantes pudieran expresar sus emociones a través de relatos.

Cuando hay equipos directivos competentes, profesores competentes y apoderados que realmente apoyan esto funciona. Si nosotros no empezamos a potenciar los aspectos humanos y emocionales de nuestros estudiantes, en conjunto a padres, profesores, directivos, asistentes de la educación, la educación puede tener un fin. Los llamo a que privilegiemos esos aspectos sociales, emocionales y pedagógicos de nuestros estudiantes”, expresó la directora.

Ambos expositores coincidieron en la necesidad de generar nuevas evaluaciones formativas como uno de los grandes desafíos que deja la pandemia.