menú

Hace referencia al proceso de inclusión desde una mirada de la educación pública, en el que es importante como líder escolar, tener interacción permanente con los estudiantes, conectar a las personas con lo que realmente significa educar en la diversidad y estar presente en el establecimiento escolar desde el hacer junto a la comunidad educativa.

Es director del Liceo Ciudad de Brasilia (Slep Barrancas) que se ubica en la localidad rural de Noviciado en la comuna de Pudahuel. Un establecimiento escolar con una larga trayectoria, ya que está pronto a cumplir 83 años de existencia, lo que ha permitido que varias generaciones en las familias de la zona se hayan formado en sus aulas. En su segundo periodo, Erick Caballeri ha liderado este proyecto educativo con mucha dedicación, y se entiende su especial aprecio ya que forma parte de éste desde 2007.

Respecto de la temática planteada en el webinar “¿Cómo se lidera para la inclusión educativa?”, el director comparte en esta entrevista otros detalles relevantes para complementar esa pregunta.

Un problema sistémico

Frente a su planteamiento respecto de la importancia de que un líder escolar debe marcar presencia desde el hacer, se presenta un problema sistémico. En este sentido, Caballeri sostiene que en el sistema educativo actual, la cultura de la evidencia (documentación administrativa) prima por sobre la cultura del hacer, habiendo detrás de esta situación una desconfianza frente al desempeño a la labor directiva.

Esto juega en contra de lo que implica en la práctica implementar un proyecto educativo inclusivo y diverso, en que es fundamental que el líder escolar se involucre y priorice su presencia con los estudiantes y la comunidad educativa ante los requerimientos de instituciones externas y las exigencias administrativas: “Hay un espacio de definición en la cual uno puede decir ‘yo quiero priorizar tal cosa’ y ahí es el espacio de responsabilidad de cada uno”. En la misma línea, afirma que aprovechar los espacios de libertad con los que cuenta un directivo escolar es muy importante para realizar ese hacer comprometido.

Acciones para la inclusión

Para pensar en esta diversidad que conforma el liceo, Caballeri cuenta que son varias las acciones que toman en cuenta para, precisamente, “abrazar esa diversidad y verla como una oportunidad para crecer como comunidad y como personas”.

Un punto a considerar es la selección del personal, en la que también contemplan esa diversidad, con la finalidad de que los estudiantes convivan en un espacio en el que los adultos también son diversos y heterogéneos. 

En otro término está el diseño de espacios y acciones enfocados para las diferentes condiciones y requerimientos de los estudiantes: “Está el interés y el compromiso para crear nichos que acojan la diversidad de estudiantes del liceo. En este sentido, la escuela tiene diferentes metas y objetivos de acuerdo a las características de sus estudiantes”.

También se contempla generar diseños pedagógicos curriculares que apunten a esa diversidad, a ese abanico de personas que hay en el establecimiento. Las encuestas dirigidas a los estudiantes para conocer sus intereses, es otra de las herramientas que implementan.

El objetivo final es aunar las diversidades para ir construyendo un proyecto educativo en común.

Crear comunidad

En el proceso de crear comunidad, hacer partícipes a los padres del proyecto educativo es fundamental. 

Para ello realizan diferentes hitos durante el año, que son actividades y puntos de encuentro de distintas características en que se invita a padres y apoderados a participar de manera activa. El director afirma que, si bien el sentido de pertenencia es algo que está arraigado en la comunidad escolar, hacen el esfuerzo de mantenerlo y reforzarlo a través de la organización de esos diferentes hitos. El rol del centro de padres en este aspecto es clave para desarrollar este tipo de actividades en el liceo, sostiene Caballeri.

Desde lo pedagógico también se han incorporado estrategias para involucrar a los padres. Esto tiene que ver con un apoyo más profundo, con aprendizajes basados en la generación de proyectos por parte de los estudiantes y a los que invitan a padres y apoderados a participar de manera activa.

De esta forma, van construyendo lo que para ellos es una escuela: “una institución acogedora, colaborativa, estimulante y con valores compartidos; cuyo objetivo es que todos los sujetos susceptibles de ser excluidos puedan estar incluidos en el establecimiento”.