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Los invitados, Carlos Sandoval, académico del Magíster en Liderazgo y Gestión Educativa UDP, Magíster en Dirección y Gestión del Capital Humano, experto en  innovación y  cambio cultural, y Elisa Izquierdo, psicóloga clínica de la Universidad Católica y coordinadora de formación integral de la Red de Colegios de la Sociedad de Instrucción Primaria (SIP),  nos cuentan su experiencia en el contexto de la post pandemia, y cómo ejercer el liderazgo en este nuevo escenario.

En la oportunidad, Carlos Sandoval presentó su libro Liderazgo en tiempos de crisis (editorial Conecta). El libro es un resumen de los trabajos y estudios hechos a partir de los efectos de la pandemia y el estallido social:

El libro, dijo Sandoval, nació en tiempos de pandemia y estallido social. Donde hubo mucho requerimiento respecto a la contención emocional. Equipos de trabajo y alumnos necesitaban comprender y rearmarse en la situación que estábamos viviendo. “Por ejemplo, debido al encierro vivimos la aparición de equipos virtuales y la digitalización del trabajo y las relaciones. Además, tiempos de diversidad e inclusión que también son nuevos. Así como también una renovada concepción sobre la seguridad y el respeto en cuanto a las condiciones físicas y psicológicas de las personas; una consciencia nueva”.

En el marco de este cambio de ecosistema es que nació el libro Liderazgo en tiempos de crisis, que está compuesto básicamente de tres ejes conceptuales:

El primero aborda la temática de la contención, con prácticas que incorporan el reconocimiento y las acciones ante el estrés; la fortaleza emocional; nuevas reglas de convivencia en los equipos; así como estrategias para acompañar el duelo.

El libro, que, si bien incorpora una base teórica importante, está escrito en artículos cortos y ágiles. Uno de ellos, “Base emocional segura” explora 4 prácticas bien concretas para mejorar la fortaleza y la contención emocional de los equipos.

  • Reconocer y manejar el nivel de estrés
  • Compartir, celebrar y tener momentos positivos (primeros auxilios psicológicos, contenedor de efectos post traumáticos)
  • Colaboración al interior de los equipos.
  • Reglas de convivencia claras.

El desempeño, es otra de las grandes áreas que se ha visto afectada y de la que trata el libro. El desafío es cómo volver a enseñar, a entusiasmar y así recuperarlo. Aquí los desafíos son crear y potenciar el compromiso en un contexto de falta de motivación y dirigir equipos diversos, logrando adhesión a las transformaciones.

El tercer elemento son las metodologías ágiles,  que respondan a un trabajo en ambientes cambiantes y disruptivos. Estas metodologías son para actuar en ciclos cortos, en situaciones urgentes, con soluciones rápidas que después se pueden escalar: “Se trata de tener objetivos coherentes, útiles, de corto plazo, pero con sentido de percepción de avance, para bajar lo niveles de ansiedad en el equipo. Si tu tienes un equipo con propósito, con colaboración y percepción de avance, ese equipo tiene un buen diagnóstico”.

Por su parte, Elisa Izquierdo, relató su experiencia con el proyecto “El Baúl de la convivencia” implementado en la Red de Colegios SIP con el apoyo de Carlos Sandoval. 

La Red SIP está integrada por 17 colegios particulares subvencionados con un índice promedio de 80% de vulnerabilidad y un estado crítico luego de la pandemia, que se expresaba en niños sin hábitos de convivencia, desbordados emocionalmente y que retrocedieron o detuvieron su aprendizaje. A esto se sumaron docentes cansados, equipos de formación sobrepasados y apoderados muy críticos.

“Bajo estas condiciones los desafíos eran crear estrategias simples y fáciles de implementar, había que salir del sermón y entrar en la conexión con ellos; crear estrategias de apoyo a la convivencia a través de la conversación y el juego con sesiones creativas, breves y sencillas”.

El resultado fue “El baúl de convivencia”, un conjunto de herramientas compuesta de 23 acciones sencillas y fáciles de implementar por los docentes en cualquier minuto de la jornada escolar, que tienen como objetivo mejorar la convivencia, disminuir el estrés, aumentar la fortaleza emocional y aumentar el desempeño en el aprendizaje. Una metodología ágil en la que participaron 136 profesores en 5 grandes sesiones creativas.

El efecto de esta implementación tuvo beneficios inmediatos: los profesores usaron su creatividad y se vieron más esperanzados y confiados; con capacidades instaladas para potenciar la convivencia escolar, más aire y sentido de propósito.

“Las metodologías ágiles rompen con el modelo tradicional y permiten implementar con mayor rapidez lo que ya se vio en el diagnóstico” dijo Carlos Sandoval.